
Murillo

Bartolomé Esteban Murillo fue un pintor español del siglo XVII, conocido principalmente por sus obras religiosas y escenas costumbristas. Nació en Sevilla en 1617 y se convirtió en una figura central del barroco español, movimiento artístico que lo influenció profundamente con su énfasis en el realismo y el dramatismo. Sus primeras obras muestran la influencia de Zurbarán y Velázquez, dos de los pintores más cercanos a él en cuanto a estilo y técnica. A lo largo de su carrera, Murillo desarrolló un estilo propio caracterizado por una suavidad en la paleta de colores y una habilidad para capturar la ternura y la humanidad en sus temas religiosos.
Murillo es conocido por su tratamiento de la Inmaculada Concepción, tema recurrente en su obra, donde empleaba una luz celestial y colores delicados para representar la pureza de la Virgen. Este enfoque influyó en movimientos artísticos posteriores, como el rococó, que adoptó su uso del color y la luz para crear ambientes etéreos. Además, sus representaciones de niños mendigos y escenas de la vida cotidiana en Sevilla tuvieron un impacto duradero en el desarrollo del realismo social en la pintura europea.
Murillo también dejó una huella significativa en la Academia de Bellas Artes de Sevilla, contribuyendo a la formación de futuros artistas. Su influencia se extendió a pintores como Jean-Baptiste Greuze y Thomas Gainsborough, quienes admiraban su capacidad para combinar realismo y gracia. A través de su obra, Murillo logró un equilibrio entre lo espiritual y lo terrenal, convirtiéndose en un puente entre el barroco y las corrientes artísticas posteriores.